La Unión Europea avanza en su objetivo de crear un Mercado Único Digital con la entrada en vigor este 3 de septiembre de una serie de normas que abogan por la abolición de barreras injustificadas, «por motivos de nacionalidad, lugar de residencia o de establecimiento», a la hora de acceder, comprar y pagar servicios o productos on-line desde cualquier país de la UE.
Si bien hasta ahora los ciudadanos europeos podían efectuar sus compras en cualquier Estado miembro sin necesidad de declarar nada en la frontera, esos derechos no se aplicaban si hablábamos de e-commerce donde las condiciones de venta y precio diferían dependiendo de si el consumidor residía en el mismo lugar que el comerciante.
La ley aprobada da un pequeño avance igualando las condiciones entre el comercio tradicional y on-line, si bien las medidas excluyen ciertos servicios. Las nuevas normas establecen que las empresas ofrezcan las mismas condiciones para todos los usuarios en cuestiones como los medios de pago, pero no las obligan a realizar la entrega en el domicilio del cliente, lo que limitará el impacto de la medida. En otras palabras, el comprador tendrá que encargarse de la recogida de los productos que no se envíen a su lugar de residencia, con toda probabilidad de que ello desaliente al consumidor y opte por la compra del mismo producto en su país.
La buena noticia es que la Comisión Europea revisará la ley para finales del 2020, momento en el que volverá a ponerse sobre la mesa el incluir en ella los contenidos digitales protegidos por derechos de autor, como ebooks, los videojuegos, las películas y series, música o software, que hasta ahora quedan fuera de la nueva norma.