La entrada en vigor del nuevo Código de Comercio francés supone la introducción de nuevas obligaciones para las empresas. También para las no establecidas que deberán tenerse en cuenta las recogidas en la normativa de facturación (artículo L441-9).
A partir del 1 de octubre de 2019, se introduce la obligación de incluir en las facturas:
- la dirección de facturación del comprador y el vendedor, en caso de ser diferente de sus respectivas direcciones.
- el número de orden del pedido, en caso de no haberse proporcionado uno anteriormente.
El incumplimiento de estas obligaciones está sancionado por una multa administrativa de hasta 375.000 €. Todavía no se ha visto la aplicación de la sanción máxima a ninguna empresa y se espera que las autoridades francesas adopten un enfoque flexible a estas nuevas obligaciones durante un período de transición razonable.